sábado, 12 de julio de 2008

Editorial



En muchas ocasiones, en distintas etapas, solemos caminar
por la cornisa. Nos jugamos, nos exponemos, llegamos hasta
situaciones límite entre el éxito y la nada. Ganamos y perdemos.
Y esa nada nos deja en la calle, con los bolsos, unas
monedas, y ella saludando desde la casa que hasta recién fue
nuestra. Es ahí cuando nos inventamos.

Tener una Ultima bola, significa mucho, demasiado. Casi es
tener la opción de lo que queremos, de cómo hacerlo, cómo
generarlo, a partir de nosotros como formadores de lo que va
a venir, tenemos esa chance que la sueña el rival y que ahora
es nuestra.

Hoy comenzamos un proyecto, ustedes y nosotros, por
cuanto tiempo no sabemos, con cuanto éxito tampoco.
Como nos cuesta hacer realidad las ideas, parir nos da
miedo, será que no es una condición propia. Golpea el pecho
el sueño, será una carambola del destino.

Que esta sea la revista de la gente del billar, en todas sus
disciplinas, de los jugadores y los clubes.
Esta naciendo un nuevo emprendimiento. Tiemblan las manos,
se acelera el pulso, señal que estamos vivos, señal que
estamos frente a esa Ultima Bola.